Hola de nuevo!! Cómo podéis imaginar pasar 72 horas en Nueva York no es nada y debes aprovechar cada segundo allí. Mires a donde mires siempre hay gente, gente corriendo, con prisas, turistas que se paran en mitad de la calle y que preguntan perdidos, paradas de metro, personas sin techo, puestos de comida rápida, más puestos, bicicletas, motos, coches y muchos taxis. Siempre hay taxis. Llegué un sábado por la mañana temprano. Fuimos en coche desde Pittsburgh y tardamos aproximadamente 6 horas. Esto pasó justo el mismo día que tuve el "accidente" por lo que estaba muy triste y con apenas ganas de hacer nada. Teníamos entradas para ir a visitar la Estatua de la Libertad. Tienes que coger un ferri (barco) que te lleva a la Isla. Allí hay tiendas y cafeterías. Tienes que pasar también varios controles de seguridad. Es una verdadera maravilla. El día estaba muy nublado por lo que las fotos no son increíbles. Prácticamente nos llevo entre 5 y 6 horas la excursión a la Estatua y a otra isla (de la que ahora no recuerdo el nombre). Creo recordar que el precio es de 18 dólares. A la excursión fui con la familia para la que trabajo, ellos me llevaron y allí estuvimos con parte de la familia de la madre. En el barco tuve que aguantar como la madre le contaba a su hermana cosas sobre mí, ni disimularon ni se cortaron. Allí a mis espaldas (literalmente) hablando de mi. En fin con más ganas que nunca de perderme en Nueva York, les dije adiós y tomé rumbo a encontrarme con mis amigas. Ya era de noche cuando nos encontramos en el portal de la casa en la íbamos a dormir. Había contactado con una "chica" por couchsurfing y su ubicación era increíble: vivía en pleno Upper East Side, justo a dos manzanas de Central Park. Os explico porqué he puesto chica entre comillas. Cuando empecé a buscar posibles alojamientos en couchsurfing me encontré con esta única chica, cosa que me inspiró más confianza, ya que al ser yo una chica da menos miedo. Intercambiamos varios mensajes, me dio via libre para quedarme con ella dos noches y nos agregamos en instagram. El día de antes de ir a Nueva York le pregunté si podía ir a dejar las maletas el sábado temprano, para no cargar con ellas, y su respuesta fue te aviso que por el día soy un chico y que solo soy chica cuando salgo de fiesta. Mi cara fue un bendito poema porque no me lo esperaba para nada. Le dije que no había ningún problema y que nos encontraríamos al día siguiente. El piso en pleno corazón del Upper East Side era pequeño, una sola habitación, baño diminuto y asqueroso y no tenía wifi disponible. Cuando llegamos el chico nos llevó a cenar fuera y esa noche salimos de fiesta a un sitio increíble. En Nueva York puedes encontrar sitios que si vas andando por la calle dirías que son una panadería o peluquería pero que si entras dentro son clubs y sitios nocturnos. Nos llevó a un sitio que estaba en Lower East Side. No recuerdo como se llamaba pero era estilo años 20, y la gente bebía en tazas de té. Fue muy divertido y un sitio diferente. A la mañana siguiente, con mucho sueño nos preparamos para empezar el día. Desayunar en Central Park, barcas en el lago, Brooklyn, cruzar andando el puente de Brooklyn, Times Square, Gran Central Station y algún que otro sitio más. Reencontrarme con amigas, caras conocidas, llenas de amor, risas, abrazos. Me llenaron de fuerzas y de todo el amor que me falta en mi día a día. El lunes fui de compras y me pasé dos horas y media esperando a que me recogieran en el punto de encuentro... (No comento) Para moverte en esta ciudad lo puedes hacer en metro, 3 dólares el trayecto. En taxi o coche te la juegas más con los atascos. Nosotras cogimos dos taxis y no me parecieron tan caros para lo cara que es la ciudad. Puedes gastarte un dineral en comer o encontrar sitios de 99 centavos una porción de pizza. Si tenéis alguna duda o pregunta no dudéis en escribirme... No quiero hacer una biblia del viaje. 72 horas son pocas pero si te organizas pueden dar para mucho.
2 Comentarios
Vivir en el extranjero no siempre es fácilPor fin vuelvo a estar por aquí.... Las últimas semanas han sido complicadas y he estado muy ocupada, trabajando la mayor parte del tiempo. Vivir en el extranjero no siempre es fácil, hay días en los que se te viene el mundo encima, y al no estar tu familia o amigos para tirar de ti, pues todo se te hace mucho más cuesta arriba. Conforme van pasando los días voy conociendo más la cultura y costumbres americanas, que son muy diferentes a las de España. Cuando crucé el charco no me esperaba que la diferencia fuese a ser TAN GRANDE. En España soy una chica de clase media y que he estudiado dos carreras. Llego aquí y soy una simple niñera, que tiene que hacer camas, limpiar, recoger, cocinar y educar a unos niños que tienen todas las cosas del mundo pero que aun así lloran por todo. Muchas veces me miran por encima del hombro. Y me hacen sentir inferior. Gracias a esto he aprendido a valorar y no menospreciar ningún trabajo, porque al igual que la cajera del supermercado no tendrá ninguna gana de estar ahí, pero que de algo tiene que vivir, conmigo pasa lo mismo aunque cambiado el objetivo, en mi caso no es económico, es educativo, perfeccionar mi inglés y estudiar en una universidad americana. Hace unas tres semanas hubo una explosión en mi vida y casi abandono mi plan de estar aquí. No solo tengo que aguantar y tener paciencia con los niños, que aunque sean terremotos y no tengan una idea buena, son niños y son adorables, tengo que lidiar con una madre perfeccionista, para la que nunca nada está bien y que cada vez que me llama por teléfono me dan palpitaciones por sí he vuelto a hacer algo mal. A esto se sumó que en mi camino a recoger a la niña del colegio, me paré a tomar un café en Starbucks, estaba cansada y necesitaba esos 10 minutos a solas con el café. En el parking cuando iba a aparcar no me di cuenta que tenía un coche detrás y sin querer ZAASSS, le di un golpe. Me bajé del coche temblando, no me podía estar pasando. Lo primero que hice fue pedir perdón a la mujer del coche y ella empezó a gritarme y a decir que había que llamar a la policía. Fueron dos, como mucho tres, arañazos y la mujer quería llamar a la policía. Para colmo no llevaba mi permiso de conducir internacional. Llamé por teléfono a las personas encargadas de "protegerme" aquí, y me encuentro con una madre que viene enfadada y que me dice que voy a tener que pagar yo los primeros 500 dólares del seguro. Porque teniendo tres coches, un BMW y un nuevo Audi Q7 muy equipado entre ellos, tienen un seguro en el que si tienen un accidente los primeros 500 dólares los abonan ellos (sinceramente esto no lo entiendo). Me vi sola y tremendamente asustada. Me hice muy muy pequeña. Con un ataque de ansiedad por todo el estrés acumulado y por el "accidente", en cuanto pude llamé a mis padres, que lo primero que me dijeron es que no iban a consentir verme así más, y que me volviese a casa al día siguiente. Les pedí tiempo para ver si las cosas mejoraban, y lo están haciendo, poco a poco, me voy sintiendo mejor, vuelvo a ser la misma, con la misma energía y ganas de hacer cosas. Seguramente no soy la primera ni seré la última en vivir experiencias duras lejos de casa. A todos aquellos (y a mi misma por si se me olvida) os digo que todo pasa. Que si hay días que lo único que queréis hacer es dormir, hacedlo, ya llegarán tiempos mejores. Que la vida son experiencias y aprendizajes constantes. PD: El polícia fue muy agradable y no me puso multa. Mi deuda actual es de 325 dólares y bajando. Mi soporte vital. Mi fuente de energía
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